Yo, el Mejor de Todos

Yo, el Mejor de Todos
Fanart del Más Grande, de mi autoría.

sábado, 24 de marzo de 2012

Horaz@Retrogaming

[H]ola.
Me dicen Horaz, me apodo Sirkrozz. Poneme el nombre que quieras.

   Estoy bordeando los 30, en un gigantesco ejercicio de retrospectiva, peleando el día a día como ilustrador con miras profesionales y naturalmente, abrazando la eventual participación dentro de la industria de videojuegos de alguna forma, preferentemente, gráfica.
   Creo que es la mejor manera de rendirle homenaje, como estoy seguro todo artista desea en el interior cuando elige la senda menos transitada y más cascoteada de los caminos sociales, o alguna rama del arte.

   Luego de haber descubierto sitios que utilizan las convenciones y el viejo lenguaje que usamos aquellos que crecimos con un Edu, un Family Game o un Sega, -además de disfrutar casi tortuosamente de esa naturaleza nostálgica que toda era pasada tiene para los seres humanos- me puse a reflexionar acerca de muchas cosas. El arte perdido, el arte emergente, los sonidos y las maneras, la forma en la que hacen eco en nuestro inconsciente. Cosas que pretendo dejar de manifiesto en este blog, que hace meses quería materializar de alguna forma.

Así como siempre me gustó dibujar, siempre me consideré un gamer.
Desprecié el término "casual", me sentí ligado al "hardcore", y defendía a capa y espada con una miríada de fundamentadas -y enciclopédicas- razones subjetivas a ciertos incomprendidos creadores, personajes o títulos (eso a lo que hoy se le conoce como "fanboyear"). Joystick en mano siempre, abogué por el impacto cultural, la potencia histórica y lo vitalmente relevante de las consolas por sobre las PCs (una vez más, fanboyeaba). Nada hecho con un mouse y un teclado, pensaba, puede ser considerado "jugar".

 Hoy, las obligaciones, ciertos contratos y determinadas tribulaciones (ej: soy pobre) hacen que "sentarse a jugar" sea un oficio en sí mismo que no tengo en miras: cumplir horarios, hacer horas extra, dar más de lo que pretendo recibir.
 Siempre jugué para divertirme, para fantasear, para maravillarme, para redimir el acto por el acto mismo; no me interesa acumular logros o títulos de forma mecánica, así como debe pasarle al actor que va al cine, a ver otras cosas desde un enfoque menos pasivo que el de espectador.

 Eso y la oleada retro más mis propias intenciones profesionales, me hicieron pensar. 

Y casi como una consecuencia lógica, volví a joystick y a los viejos emuladores de viejos títulos, como una especie de examen:
A los juegos terminados en la infancia, comencé a darles un renovado sentido del desafío, para reevaluar el impacto que tuvieron no sólo en una generación completa de potenciales artistas y desarrolladores, sino en mi método de juego.
A los otros juegos (jugados y abandonados, nunca jugados, nunca conseguidos), analizarlos a través de los ojos, oídos y criterio de un artista emergente treintañero que ha visto algo del futuro en la retrospectiva, y someterlos a la sorpresa inicial, al impacto y a la relevancia del chico de 8-10 años al que estaba originalmente apuntado.

Poner todos los elementos en este punto de vista suena para algunos, como un tributo a la pelotudez. A mí me parece, además de entretenido, una buena manera de examinar los vicios creativos y los pensamientos desviados de una época dada, para evitar en el futuro la influencia de esos vicios en la industria contemporánea, que parece a punto de colapsar como ocurrió en el 83.

Ah. No sabías que la industria de los videojuegos como conjunto podría haber desaparecido, no de forma inmediata, pero como industria en potencia? Apunto a vos como target lector, entonces. 

Voy a tratar de evitar posicionarme en esa parte de la tribuna que hace que los gamers parezcan -justificadamente- alienados, porque no pretendo abandonar el contacto con la humanidad demostrando cuánto se de videojuegos, sino que pretendo compartirla con gente como vos, que tenés tu laburo, tus proyectos o responsabilidades, y no tenés tiempo de hacer todo a la vez, y agradecés con creces una cuota de historia personal, nostalgia, datos irrelevantes que parecen geniales y cosas que aprender todo junto, en un esquema legible y conciso. A vos que antes te sentabas a jugar, pero que ahora no podés hacerlo como antes, o quizás porque tenías otras prioridades. A vos, que tenés curiosidad y no querés que te enganchen en offside al respecto de todo lo circundante al mundillo de los videojuegos. O a vos, que estás buscando una razón entre párrafos para cagárteme de risa, o estás re-loco y necesitás la dosis justa de sinsentido y nunca contemplaste ponerte a jugar Super Mario re del orto.

Para vos, pero sobre todo para mí, voy a escribir acá.
Esto no es más que el inicio. Todo lo demás, se construirá sobre la marcha, improvisando hasta encontrar la técnica que funcione para conseguir más puntos. Como el Tetris.

No garantizo periodicidad, pero recompenso el entusiasmo. 

(Game) Over and out.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario